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Pascuale escribió
entonces una carta a un doctor de nombre Cagnetta, que ha llevado a cabo un
profundo estudio sociológico en el pueblo de Orgosolo, diciendo de aquel que es
“un bandido muy popular en el pueblo, porque se dice comúnmente que, frente a
lo que por ejemplo hizo Salvatore Giuliano, nunca cometió delitos contra los
pobres ni dejó nunca que los señores le pusiesen a su servicio”. Mario Scelba,
mencionado en la carta, fue ministro del Interior en Italia, y luego presidente
del Consejo de Ministros. La carta a Cagnetta dice lo siguiente[ii]:
Habiéndome enterado de que fue usted a Orgosolo con
la intención de denunciar a la opinión pública por medio de la prensa nuestra
situación trágica, y ya que no le era posible a usted hablar conmigo
personalmente, porque debo evitar los espías y otros liones por el estilo, me
hago escribir esta carta por otros, porque ni siquiera sé firmar mi nombre y le
dirijo esta carta para hacer la luz sobre todas esas mentiras que se escriben y
repiten en los periódicos… y las mentiras que circulan en las bocas de tantos
holgazanes que tratan de valerse de mi desdichada situación de bandolero sin
instrucción. Ante todo quiero que dé usted una bella forma literaria y exacta a
los datos que ahora voy a destacar.
Quiero empezar por mi primera persecución… fui
acusado por haberme peleado. Tenía 16 años y era un gañán. Cuando estábamos en
el establo, uno de mis compañeros sin ton ni son abusó de su fuerza y me
arrastró por las piernas hasta la mitad del cuarto: me encontré con un puñal en
la mano y quise asustarle para que me soltara, y cuando hice un gesto con la
mano cambió de posición en ese momento y la punta del cuchillo entró en la
columna vertebral. Me detuvieron y el tribunal de menores de Cagliari me
absolvió después de seis meses de cárcel. En 1945 se me acusó de haber robado
caballos, y el que me denunció dio mi nombre y el de otro compañero obligado a
ello por los carabinieri que le torturaron.
En 1947, mientras asistía a una sesión del Tribunal
de Nuoro[iii],
fui de pronto empujado por un carabiniere que dijo que estaba provocando
desórdenes. Traté de justificarme, diciendo que no había hecho nada, pero
cuando vio que contestaba, se abalanzó sobre mí. Cuando le rechacé, cayó por
encima de la barandilla. Un grupo de policías me agarró entonces por el pellejo
y me llevaron a las celdas. Se me acusó del delito de desacato y violencia y
tras cuatro meses de cárcel me condenaron a catorce meses.
Cumplida mi pena, trabajé en mi casa con un rebaño
de ovejas que no me pertenecía y me ocupé de una huerta que, junto con mi
hermano Pietro, teníamos arrendada. Pietro había sido guerrillero y había
comprendido la verdadera situación de la explotación y opresión de los ricos
contra nosotros que somos pobres. Y el hecho de que era un hombre de esta clase
hacía que propietarios y espías se enloqueciesen como bestias contra él. Y en
1947 solamente por eso, nos buscaban a mi hermano y a mí, para mandarnos al
Confino.
Sigue diciendo
Pascuale que trataron de escapar, pues se consideraban inocentes, “…pero cuando se convierte uno en pájaro en
medio del bosque, los marescialli, apoyados por los ricos, tratan de acusarle a
uno de todo lo que pasa por ahí”. Cuenta luego que el maresciallo Loddo tuvo durante dos o tres años plenos poderes en
Orgosolo “para hacer de santo inquisidor, mandando al Confino a todos los que querían librarse de su yugo…”. Habla luego
de las maquinaciones criminales de los marescialli
Loddo, Ricciu y Serra, “los principales inquisidores de la región de Nuoro”.
Su hermano
Pietro y él fueron acusados de una serie de homicidios, y por más que todos los
demás cargos hechos contra Pascuale por Loddo, “que ascienden a diez” –dice el
autor de la carta- fueron desechados por los tribunales, no así el último, a
causa de Mereu Sebastiano, “un digno servidor de esos marescialli sedientos de injusticia y de desorden”. Sigue diciendo
Pascuale que iba a ser condenado a trabajos forzados, así como sobre la suerte
que corrió su hermano Pietro, que había sido víctima de espías.
No me cabe en la cabeza que los jueces puedan haber
querido creer a semejante individuo, [se refiere a Mario Scelba] y espero que se me hará justicia en
apelación. Esto vale tanto por lo que toca a “Sa Verula” como a Villagrande,
porque soy inocente y no quiero pagar por cosas que la infamia ha puesto sobre
mis hombros.
Continúa
quejándose Pascuale de la forma de actuar de los carabinieri y de la policía, para continuar: ¿O acaso es que creen que me voy a convertir en oveja a fuerza de ver tanta
injusticia, dejando de ser el criminal que no soy? Y termina su carta
diciendo que si realmente fuese un criminal, “viendo lo que me han hecho”,
tendría que matar por lo menos diez policías cada día, involucrando también a
los curas entre los represores. Si no fuese su destino morir, –dice- nunca le
cogerían… Odio la vida de bandolero, –termina-
pero cien veces prefiero morir que ir a
las galeras… Mi solo deseo consiste en ver suprimidos el Confino, las primas de
captura de la policía, el paro y la explotación de los trabajadores y en ver a
nuestro martirizado país vivir una vida de paz serena y de progreso civil.
Sigue la firma: Pascuale Tanteddu.
Es evidente que
nuestro personaje era un bandolero que vivió, al menos parte de su vida, fuera
de la ley, seguramente también es cierto que fue tratado arbitrariamente y con
brutalidad por las fuerzas del orden; sabiendo que el texto, aunque inspirado
por él, no se debe a su pluma, pues no sabe leer ni escribir, es obra de
alguien que está a su servicio, le quiere ayudar en la medida en que sus actos
y los de los demás lo permitan, y también se pone de manifiesto que el que
escribe es persona culta que, sin embargo, ha puesto sin más la versión del
bandolero. Es muy probable que las apelaciones a la justicia social, sean de la
cosecha del que escribe y no de Pascuale.
[i]
Localidad del centro de Cerdeña. En la época en que Pascuale actuó contaba
entre 3.000 y 4.500 habitantes.
[ii] He
corregido lo que podría no entenderse y eliminado lo que carece de interés,
pero el documento lo recoge Eric J. Hobsbawm en “Rebeldes primitivos”.
[iii]
También en Cerdeña, muy cerca de Orgosolo.
(1) https://www.tripadvisor.es/Attraction_Review-g1065336-d10509157-Reviews-Murals_of_Orgosolo-Orgosolo_Province_of_Nuoro_Sardinia.html Orgosolo está decorado con murales, uno de los cuales, el que figura aquí.
(1) https://www.tripadvisor.es/Attraction_Review-g1065336-d10509157-Reviews-Murals_of_Orgosolo-Orgosolo_Province_of_Nuoro_Sardinia.html Orgosolo está decorado con murales, uno de los cuales, el que figura aquí.
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