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Al Este de Karkemish,
en la frontera turca con Siria, discurre el río Éufrates en dirección sureste,
y poco después recibe las aguas del río Sajur, cuyo curso está jalonado por los
campos de cultivo que se agolpan en torno a sus riberas de forma más continuada
que en las del Éufrates, que recorre en esta zona un terreno más quebrado.
Siguiendo su curso se llega al Tell Qara Qûzâq, que ahora está en un ilsote del
río y cuyo yacimiento arqueológico ha dado importantes resultados si tenemos en
cuenta no solo el islote sino sus inmediaciones. Desde aquí, en dirección
suroeste, está Alepo.
Los restos más antiguos
datan de tercer milenio a. C.; una necrópolis en la que podría haberse
enterrado colectivamente a individuos de diversas edades está datada a finales
de dicho milenio, por lo tanto en los comienzos del período paleoasirio. La
excavación de varios templos de épocas distintas permite considerar este lugar
como centro religioso, y se han excavado restos de época romana, desde el siglo
I a. C. hasta los últimos siglos del imperio de occidente y de época bizantina.
Los que han estudiado
los restos romanos[i]
han podido encontrar viviendas, mosaicos de los que se han recogido centenares
de teselas, monedas, pozos y un castrum;
el castro romano está al oeste del Éufrates y la población al Este.
Posteriormente fue un asentamiento bizantino y más tarde árabe. Otros
materiales encontrados son cerámica común y de cocina, la más significativa sigillata, que se datan en el siglo I,
pero ya no en el castrum, sino al otro
lado del río. En lo que podría haber sido una vivienda se han encontrado
fragmentos de tégulas y un caballito de terracota.
Siria fue incoporada el
Imperio Romano en el año 64 a. C. por Pompeyo, situándose el cuartel general
durante el siglo I en Antioquía, hasta que durante el reinado de Trajano la
frontera se extendió más al Este[ii].
Hasta el reinado de Septimio Severo, entre finales del s. II e inicios del III,
la lucha contra los partos fue casi contínua, y luego continuaría con la
dinastía sasánida de los persas[iii].
El elemento básico que
define a Qara Qûzûq es el río Éufrates, una de las vías de comunicación más
importantes de la historia[iv],
habiendo sido este un lugar de paso desde época del Bronce, durante el cual se
convierte en centro de almacenamiento de grano para las grandes ciudades
ribereñas (Karkemish está a 30 km. hacia el norte). De época romano-bizantina
es un complejo funerario en el Tell Magiâra; a unos 8 km. se encuentra el Tell Qara
Qûzûq con abundante material altoimperial, y en el cercano pueblo de Hammam
Sagir aun se conserva un edificio junto a una fuente termal, así como varios
hipogeos y algunos tramos de una calzada que atestiguan la presencia romana. El
resto que más estrechamente se relaciona con Qara Qûzûq es el de un campamento
romano justo frente a la aldea, en la cima de un monte con una pendiente muy
escarpada salvo por el sur.
Qara Qûzûq fue en un
principio un puesto militar avanzado dentro del sistema defensivo del Imperio Romano
durante los siglos I y II quedando restos del mismo: parte de la muralla y un
torreón en la ladera sur del monte; al sureste también hay un muro defensivo
pero no tan importante como el anterior porque esa parte tenía una más fácil
defensa. Del interior del castrum solo
se conserva un muro de casi tres metros de anchura en dirección Este-Oeste,
unos depósitos excavados en roca, el mayor de los cuales tiene 1,40 m. de
profundidad y 2,80 de lado. Muy próximo, un aljibe también excavado en roca de
cerca de dos metros de profundidad, lo que garantizaba el abastecimiento de
agua.
De época bizantina,
durante los reinados de Honorio (395-423) y de Teodosio II (408-450), aparece
nuevo numerario, habiéndose cerrado la ceca de Antioquía -la única de Siria- en
el año 408, y a este período que va de los siglos IV al VI pertenecen los los
restos arqueológicos mejor documentados. En el centro de la aldea un edificio
romano de planta rectangular de 8 metros por 7 en cuya parte exterior hay un
pozo de piedra adosado, teniendo los citados muros un grosor que oscila entre
los 60 y los 80 cm. En dos niveles, y por lo tanto de épocas distintas, han
aparecido viviendas con espacios claramente diferenciados, una de las cuales
fue de grandes dimensiones.
Toda la orilla del Éufrates hasta Dura Europos (al este de la actual Siria) presenta unas características parecidas que las que se han estudiado en Qara Qûzûq, aunque queda mucho por excavar para llegar a conclusiones definitivas, pero los espacios identificados como romanos, tras el momento en que se ocuparon para la defensa del limes, se centran a orillas del Éufrates.
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