Fortaleza de Castrotorafe (Zamora) http://maricruzpe.blogspot.com/2011/12/ castillo-y-desplobado-de-castrotorafe.html |
De entre todas las contradicciones que todo período histórico tiene, quizá en la Edad Media las más salientes se pueden ver en las Órdenes Militares, pues nacidas con un fin, generalmente no lo cumplieron (salvo guerrear) y desviaron sus atenciones a muy otros.
Pedro Suárez de Deza
fue obispo de Salamanca durante algunos años de la segunda mitad del siglo XII,
justo cuando el rey Fernando II de León decidió que la cofradía de “fratres” de
Cáceres se convirtiese en Orden Militar. En Cáceres estaba la frontera del
reino, aunque los musulmanes se harían con dicha villa más tarde.
Las señas de identidad
de la Orden fueron “su fe”, “la cruz en sus pechos a manera de espada” y la
renuncia a “todas las pompas mundanas”. Pronto se relacionó con los canónigos
regulares de San Agustín de Loio[i]
(hoy en la provincia de Lugo), aceptando así la regla del de Hipona. Por tanto
también estuvieron muy relacionados con el arzobispo de Santiago de Compostela.
Aprovechando que el rey castellano (Alfonso VIII) era menor de edad, la familia
de los Lara deciden entregarlo a Fernando II, lo que propicia que la fortaleza
en Consuegra de los Hospitalarios le sea entregada a la Orden Militar de
Santiago, tomando estos posesión en presencia del arzobispo de Santiago, pero
ya antes, durante el pontificado de Pedro Duguestéiz, se acordó ceder a la
Orden la mitad de las rentas del voto de Santiago en Zamora, Salamanca y Ciudad
Rodrigo, a cambio de defender los intereses del prelado en Cáceres,
Alburquerque y Mérida.
La donación de
Consuegra será un problema, pues los santiaguistas se enfrentaron al rey leonés
y este quiso que estableciesen su “casa madre” en territorio de su reino, donándoles
para ello Villafáfila y Valduerna[ii].
El objetivo era, según el rey, “aniquilar la soberbia de enemigos de la Cruz de
Cristo”, firmando el documento en Salamanca en 1181. Villafáfila dependió de
Castrotorafe mientras las diferencias entre el rey leonés y los santiaguistas
se acentuaban tras la recuperación de Cáceres, villa que no fue entregada a
estos, por lo que Alfonso IX (en el siguiente reinado) confirmó a favor de
ellos las villas de Villafáfila y Castrotorafe, en compensación de Cáceres.
Sobre estas villas tendrían los santiaguistas los señoríos territorial y
jurisdiccional. El conjunto fortificado de Castrotorafe está formado hoy –dice
Amador Ruibal- por parte del recinto amurallado de los siglos XII y XIII, un
castillo, su defensa principal y una barrera artillera construida en el siglo
XV. Su planta es trapezoidal, correspondiéndose los muros del interior a los
del exterior concéntricamente. Se encuentra sobre una meseta al borde del río
Esla y sus ruinas dejan ver aún una iglesia u un gran talud sobre el foso.
Tiene dos puertas, la del puente y la de la villa, una torre en el interior y
cuatro cubos en las esquinas de los muros exteriores y un pozo en el patio de
armas. Tuvo diversas reformas y, según Amador Ruibal, los mechinales
conservados indican que hubo varias plantas.
Ya en 1129 Alfonso VII le
había concedido el fuero de Zamora y tuvo jurisdicción sobre las localidades de
Villalba de Lampreana, Perilla, Olmillos, Fontanillas, Pidrahita, San Cebrián y
San Pelayo[iii],
además de otros lugares. Fernando II reconoció a la Orden de Santiago la
posesión de este lugar y debió de ser entonces cuando se reconstruyó el
castillo (1180). Con motivo de la guerra civil entre Pedro I y Enrique de
Trastamara, este último mandó arrasar el castillo, pero fue restaurado de
nuevo, pues jugó un papel durante la guerra de sucesión de Isabel de Castilla.
El conjunto ocupa casi 5.000 m2.[iv].
Hubo varios tipos de miembros
en la Orden: canónigos, comendadoras (monjas que atendían a los peregrinos), y
caballeros o “freires”, la mayoría, que podían ser, a su vez, “estrechos” o
casados. Los primeros vivían en comunidad como religiosos y los segundos
residían con sus esposas en un convento propio. Los caballeros tenían voto de
pobreza, pero sus miembros no estaban obligados a hacer voto de castidad,
pudiendo contraer matrimonio con licencia del maestre.
Con su llegada a
Castilla de la Orden, por su salida de León a causa de las desavenencias con el
rey leonés tras la pérdida de Cáceres, Alfonso VIII les cedió Uclés[v],
mediante acto solemne en Arévalo a principios de 1174. En esta Orden se
integrarán más tarde los Caballeros de Ávila y los miembros de la Orden de
Santa María de España. De la importancia económica de los santiaguistas hablan
las siguientes cifras: en 1616 comprendía 94 encomiendas con un total de
308.889 ducados de renta, más del doble que las de Calatrava y cerca del triple
de la de Alcántara.
La Orden de Santiago
poseyó otros castillos y fortalezas*: en Gozón (próximo a Avilés) desde 1222 por
donación de Alfonso IX; las excavaciones que se están llevando a cabo muestran
que fue construido sobre los restos de una fortaleza romana, y esta sobre un
castro prerromano, jugando luego un papel contra las invasiones vikingas; el
castillo de Peñausende (al sur de la provincia de Zamora), se encuentra en una
zona que Alfonso III mandó repoblar, aunque la fortaleza data del siglo XII en
un promontorio sobre Sayago; el castillo de Melgar de Yuso se encuentra al este
de la provincia de Palencia, zona repoblada por un conde que también se ocupó de
asentar población en Calatañazor (Soria) y Melgar de Fernamental (al oeste de
la provincia de Burgos), teniendo Melgar de Yuso un hospital de peregrinos.
Poseyó esta Orden
conventos, entre los que destacan los de Uclés y San Marcos de León, además de
otros femeninos. Igualmente dieciséis hospitales y edificios para albergar a
cautivos rescatados del islam, la mayor parte de ellos en la frontera cristiano-musulmana
al sur y este de Toledo. También poseyó iglesias.
[i] En la
parroquia de Cortes, pues hay otro Loio, también en el municipio de Paradela.
En la primera es donde se encuentra el Loio relacinado con la Orden de Santiago
y contó con un monasterio. Estos canónigos atendían a los peregrinos que
acudían a Compostela, lo que será asumido más tarde por la Orden, un precedente
de lo cual es el de los Caballeros Hospitalarios. También atendieron a pobres y
leprosos.
[ii] En las
actuales provincias de Zamora y León respectivamente.
[iii] Estos
topónimos llevan el añadido “de Castro”. San Pelayo se encuentra al sur de la
actual provincia de Zamora y las demás localidades entre el centro y el este de
la misma.
[iv] Amador
Ruibal, “La Orden de Santiago en el norte de España”, en cuyo se trabajo se
basa el presente resumen.
[v] Al oeste
de la actual provincia de Cuenca.
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