jueves, 27 de octubre de 2011

Séneca y la brevedad de la vida


Uno de los mayores placeres es la lectura de Séneca, no siempre posible porque hay que recurrir a traducciones que no siempre reflejan lo que a buen seguro matizó y atinó el gran sabio cordobés. Aquí está la traducción que hizoa Pedro Fernández Navarrete, que vivió entre los siglos XVI y XVII.

En esta obra Séneca se dirige a Paulino (no sabemos si personaje real o imaginario) explicándole que no comprende a los hombres que culpan a la naturaleza de haber creado al hombre para concederle una vida tan corta. Citando a los módicos pone en su boca: "siendo corta la vida, es larga y difusa el arte", para añadir por su parte: el tiempo que tenemos no es corto, pero perdiendo mucho de él, hacemos que lo sea. Luego cita a los que en nuestro lenguaje coloquial llamaríamos pelotilleros para conseguir un favor, los avariciosos, los que se emplean en inútiles trabajos, los que se dan al vino y a la ociosidad, los que andan en dimes y diretes (nuestra televisión sabe mucho de esto) los que se emplean con denuedo en la guerra, los que matan su vida en emular a otros, los que son vacilantes y livianos, sin decidirse nunca hacia acá o hacia allá; así, señala Sénena, "pequeña parte de la vida es la que vivimos".

Volviéndose a Paulino le dice que "teniendo cerca de cien años o más (por eso cabe pensar que es un personaje imaginario) ven acá, llama a cuentas a tu edad. Dime ¿cuanta parte de ella te consumió el acreedor, cuanta el amiga (sic), cuanta la República y cuanta tus allegados, cuanta los disgustos con tu mujer, cuanta el castigo de los esclavos, cuanta el apresurado paseo por la ciudad? Junta a esto las enfermedades tomadas con tus manos, añade el tiempo que se pasó en ociosidad, y hallarás que tienes muchos menos [años] que los que cuentas. Trae a la memoria si tuviste algún día firme determinación, y si le pasaste en aquello para que le habías destinado. Qué uso tuviste de tí mismo, cuanto estuvo en un ser el rostro, cuanto el ánimo sin temores; que cosa hayas hecho para ti en tan larga edad; cuantos hayan sido los que te han robado la vida, sin entender tú lo que perdías; cuanto tiempo te han quitado el vano dolor, la ignorante alegría, la hambrienta codicia y la entretenida conversación: y viendo lo poco que a tí te has dejado de tí, juzgarás que mueres malogrado". La ironía es tan sutil, tan delicadamente vertida en estas palabras... 

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